El cable HDMI es un recurso tecnológico muy extendido en hogares y empresas para la correcta conexión de dispositivos, por lo que consideramos oportuno que entiendas su funcionalidad, su composición, su significado y la razón por la que se ha convertido en un imprescindible en todo tipo de sistemas.
Composición
Un cable HDMI consta de cuatro pares de cables trenzados y apantallados, así como otros 7 conductores independientes.
Son un total de 19 cables muy finos dentro de una funda mayor, la cual es la que vemos y tocamos normalmente.
Los cables de este tipo que son compatibles con Ethernet son los que tienen la capacidad de transmitir datos a través de la red. En este caso, se utilizan tres de los siete conductores autónomos y trenzados para este fin.
Cómo funciona un cable HDMI
La forma más adecuada para entender cómo funciona un interfaz multimedia de este tipo es atender a la naturaleza de sus conectores. En el mapa de los pines de conexión del HDMI podemos leer el término TMDS, que deriva del DVI, el embrión de este sistema.
TMDS responde a Transition Minimized Differential Signalling, una tecnología diseñada para transmitir información a gran velocidad.
Este interfaz de comunicación, que actúa en paralelo, se vale de cuatro canales: rojo, verde, azul y reloj, lo que supone unos 8 bits por ciclo de reloj.
El TMDS consta de un proceso en dos partes:
Por un lado, se transforma una entrada de 8 bits en un código de 10 bits, que es interpretado por el otro extremo para crear el valor de color en cada píxel que se aprecia en la pantalla. El circuito integrado en el interfaz del HDMI es el responsable de dicha codificación.
Por otro, conviene atender al pin CEC (Consumer Electronics Control), que es la funcionalidad que facilita que dos equipos interconectados por un mismo interfaz HDMI puedan ser controlados con un mismo mando a distancia, así como controlar aspectos de la reproducción como el volumen del sonido en una señal conjunta.